Millonas de problemas

Pobre Nicolás, él debe sentirse mal, el tipo no es un robot, tiene que tener sentimientos. Él no puede sentirse bien viendo cómo nos vamos todos al garete y nadie hace nada por enderezar el rumbo. Además, que no debe ser agradable ser la burla nacional, eso debe darle "millonas" de preocupaciones.

Andrés F. Schmucke G.   EL UNIVERSAL

Maduro: “Hoy tenemos millones y millonas de Bolívar”

 

No debe ser nada fácil ser Nicolás Maduro. No debe ser fácil seguir por el mismo espiral de destrucción por el cual llevaba el comandante supremo a Venezuela. No debe ser sencillo achacarle todos los problemas a los demás y no asumir la responsabilidad. No debe ser fácil dar siempre la misma excusa.

Pobre Nicolás, él debe sentirse mal, el tipo no es un robot, tiene que tener sentimientos. Él no puede sentirse bien viendo cómo nos vamos todos al garete y nadie hace nada por enderezar el rumbo. Además, que no debe ser agradable ser la burla nacional, eso debe darle "millonas" de preocupaciones. Qué tristeza, a mí no me gustaría estar en los zapatos de Nicolás.

¿Será que es tan difícil acercarse a esa mitad minoritaria que te adversa y sentarse a dialogar con ellos? ¿Es tan difícil buscar soluciones viables para la crisis que vive nuestro país? ¿O acaso tenemos que aniquilarnos entre todos para que asi se vea una luz de esperanza? Bueno, con respecto a esto último el hampa ya tiene un gran trecho andado en los últimos 10 años.

Hace unos días estuve en un seminario de ideas liberales en República Dominicana. Fue interesante escuchar diversas opiniones y debatir con algunos jóvenes brillantes de América Latina, pero fue algo decepcionante comprobar que Venezuela se ha convertido en un mal chiste para el resto de los países del continente. Pasé horas de ese seminario explicando qué era Cadivi y una chica de Guatemala pensaba que los venezolanos no podíamos salir a bailar.

Yo, como un venezolano que quiere a su país, me sentí mal por las concepciones que tienen sobre nosotros actualmente, pero no podía culparlos, es una realidad que estamos mal. Debe ser muy triste ser Nicolás Maduro y construir un legado peor que el del comandante eterno.