Pages

viernes, 28 de junio de 2013

Los falsos símbolos de la justicia social


Pedro Corzo. EL NUEVO HERALD

“No fueron los ricos, ni los poderosos los que lo comprendieron sino los humildes. Es que los ricos y poderosos han de tener el alma cerrada por la avaricia y por el egoísmo, mientras que los humildes duermen al aire libre”. Eva Perón.

Los venezolanos inventaron el termino boliburguesía para identificar a quienes, disfrazados de servidores públicos y promoviendo la austeridad y el sacrificio, bajo los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, se han enriquecido a costa de los bienes del estado.

Algunos de estos nuevos ricos siguen en el país amasando una mayor fortuna y otros, con sus riquezas a resguardo, han salido al exterior donde sus fortunas deslumbran a los simples mortales.

Por supuesto que la corrupción no es patrimonio de ideología o proyecto político.

Es una condición tan vieja como el hombre, vigente en toda sociedad y en todos los tiempos, pero en el presente resulta paradójico que muchos de los abanderados de la justicia social sean grandes consumidores de los bienes más superfluos, acrecienten sus cuentas bancarias, ya sea robando o incursionando en el mundo de los negocios, gracias a la administración que ejercen sobre los bienes del estado.

Conocida es la atracción que ejercían sobre Eva Perón las joyas costosas, las pieles más caras y los vestidos lujosos, al extremo que RTVE refiere que “Asunta Fernández estuvo a su lado hasta el final y la vistió por última vez para el velatorio. Para ello cogió un vestido de Christian Dior y lo convirtió en mortaja”.

Por ejemplo, a Fidel Castro le gustaba regalar relojes Rolex a las personas que le prestaban un servicio especial. También obsequió costosos relojes de la misma marca a muchos de los guerrilleros que se entrenaban en Cuba.

Los Castro, aparte de contar con numerosas residencias, tienen a su disposición cotos de caza y pesca como en el pasado disfrutaban los aristócratas más encumbrados. Sus cuentas bancarias son cuantiosas, como lo ha reseñado la revista especializada Fortune.

Por su parte, el presidente Hugo Chávez dijo: “Ser rico es malo, es inhumano, así lo digo”.

Roland Carreño, un crítico de modas venezolano, declaró en una ocasión que “Chávez es el presidente más narcisista que hemos tenido” y agregó “entre los preferidos de Chávez, están los trajes de la casa francesa Lanvin, y los de los modistas venezolanos Giovanni Scutaro y Clemens, que visten también a otros ministros del gabinete revolucionario, y las casas de relojería suiza como Vacheron Constantin, Rolex y Audemars Piguet”.

El único hijo varón del difunto mandatario gusta de los fastuosos autos Bentley. Otro de sus caprichos es usar los helicópteros de la Fuerza Aérea de Venezuela.

Criminal Justice International Associates estima en 2,000 millones de dólares la herencia que dejó Hugo Chávez a su familia. Incluidas 17 fincas valoradas entre 400,00 y 700 mil dólares, un flotilla de diez todoterrenos Hummer y cientos de millones de dólares depositados en el exterior, amén de innumerables bienes distribuidos por toda Venezuela y el extranjero.

Todo esto hay que sumarlo al nepotismo que practicó el difunto mandatario, que colocó a un número importante de parientes en posiciones claves de su gobierno. La finca de 30 hectáreas que tenía su padre hizo mitosis y hoy cuenta con 600 hectáreas.

El indescriptible Daniel Ortega está acusado de tener una fortuna muy superior a la que acumuló el dictador Anastasio Somoza, aunque el líder nicaragüense no debería sorprender porque hay que recordar la famosa “Piñata de los Comandantes Sandinistas”.

Un letrero del Frente Sandinista de Liberación Nacional señala: “Arriba los pobres del mundo”, entre los que por supuesto no está incluida la familia Ortega-Murillo, que maneja un gigantesco emporio empresarial que va desde emisoras de radio y televisión a administrar la ayuda petrolera de Venezuela, que suma en los últimos años miles de millones de dólares.

Pero el colofón es el Canal. Un casi desconocido magnate chino recibió de manos del presidente Ortega la concesión para la construcción de un canal cuyo costo se calcula en 40 mil millones de dólares, lo que lleva a reflexionar tomando como base una expresión del ex presidente cubano José Miguel Gómez, “se ahogará en dólares este tiburón”.

Cristina Fernández, la mandataria argentina, heredó de Eva Perón la sensibilidad por la pobreza que sufren los demás y para vacunarse contra el sufrimiento ajeno vive una vida de lujos y derroche.

En el 2011, gastó $110,000 en 20 pares de zapatos y adquirió por otros miles carteras de Louis Vuitton, Hermes Birkin, entre otras marcas. Viajó en un jet privado para visitar al Papa Francisco. La habitación del hotel costó 2,180 euros y el patrimonio de Fernández se incrementó en un 46 % en el último año.

Sin dudas que seremos más miserables, con estos líderes que luchan contra la pobreza.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario