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viernes, 19 de abril de 2013

Viaje a Caracas


Es una lástima que cuando se escriba la historia del chavismo en Venezuela y se trate el negro capítulo de la elección de Maduro en el año 2013, el nombre del Perú y de su presidente tengan que aparecer como protagonistas de esta situación que se hubiera evitado con el recuento de votos

Iván Slocovich Pardo. CORREO

Contra viento y marea, el presidente Ollanta Humala logró que el Congreso, con el voto de varios legisladores que en su momento tendrán que dar explicaciones, autorice su viaje a Caracas para la asunción de mando de Nicolás Maduro, a pesar de los serios cuestionamientos que hay respecto a las elecciones que el domingo último lo dieron como ganador, y a que el chavismo se negó a llevar a cabo un nuevo escrutinio a fin de despejar las dudas.

El Perú bien pudo haber enviado a la vicepresidenta Marisol Espinoza o al canciller Rafael Roncagliolo. Pero el Jefe de Estado ha optado por hacer lo menos conveniente para nuestro país y Venezuela: conseguir que el Congreso, a último momento, autorice un viaje que solo servirá para avalar a un régimen ilegítimo, junto a los demás mandatarios agrupados en Unasur, y que hasta el momento en que escribía estas líneas permanecían reunidos en Palacio de Gobierno.

Ayer por la tarde, Mario Vargas Llosa envió una exhortación a Humala y a los presidentes de la región para que actúen a favor de la democracia y el Estado de Derecho. También se pronunció a favor del nuevo escrutinio y pidió al gobernante peruano que recuerde cuando el Perú sufrió por la falta de solidaridad de los demás países, cuando acá se hizo una cuestionada elección en tiempos de Alberto Fujimori y nadie afuera alzó su voz de protesta.

Qué dirá el Premio Nobel ahora que Humala, a quien le puso un visto bueno de demócrata y ayudó a ganar las elecciones en el 2011, se ha prestado a este hecho que hará que los venezolanos vivan bajo un régimen que huele a podrido y nuevamente América Latina sea vista desde afuera como una región donde los presidentes llegan a través de elecciones sospechosas y sus colegas se apuran en avalarlos, cuando lo democrático y civilizado hubiera sido llevar a cabo un nuevo conteo.

Es una lástima que cuando se escriba la historia del chavismo en Venezuela y se trate el negro capítulo de la elección de Maduro en el año 2013, el nombre del Perú y de su presidente tengan que aparecer como protagonistas de esta situación que se hubiera evitado con el recuento de votos que tanto se reclama, que pudo haber servido también a Maduro para legitimar su administración que por seis años estará sostenida con babas en el poder.

Mucho de lo que ocurra desde mañana en un país dividido como Venezuela será responsabilidad de quienes apoyaron a Maduro y viajaron a Caracas a darle un abrazo, entre ellos Humala. Seguirán los enfrentamientos y la terrible crisis económica que pudieron terminar con un gobierno que acabe con los excesos del populismo del llamado socialismo del siglo XXI. El Perú pudo marcar distancia y curarse en salud, pero optó por la complicidad y en su momento tendrá que asumir el pasivo de esta decisión.

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