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lunes, 25 de febrero de 2013

¿Cederá la geriatrarquía su puesto a las nuevas generaciones?


Mario J. Viera

Prácticamente un desconocido, aunque haya ocupado el cargo de Primer Secretario del Comité Provincial en Villa Clara y luego idéntico cargo en Holguín, u ocupara la cartera de Ministro de Educación Superior en el 2009 y a partir del 2012, fuera designado Vicepresidente del Consejo de Ministros, para la mayoría de la población el nombre de Miguel Díaz Canel Bermúdez nada le dice; y este funcionario de segundo nivel es ahora designado Primer Vicepresidente por Raúl Castro, aunque el general diga que fue la Asamblea Nacional quien le eligiera como Vicepresidente del Consejo de Estado.

Raúl Castro se ha convertido en el padrino político de Díaz Canel, fue él quien lo propusiera en 1991 para miembro del Comité Central y quién le designara como Ministro de Educación Superior. Y Castro lo promueve como segundo al mando echando a un lado a José Ramón Machado Ventura, uno de los halcones de los ortodoxos del Partido Comunista. Y Castro el Pequeño dice del novísimo Primer Vice que “no es un advenedizo ni un improvisado” pero en realidad es un advenedizo y es un improvisado forjado por el propio Raúl para que ejerza cargos de elevada responsabilidad.

El nombramiento carece de la menor importancia pues en nada modificará la estructura de poder castrista es simplemente una explosión de fuegos artificiales para contentamiento en el exterior. De ningún modo el poder geriátrico está dispuesto a ceder su puesto a algún advenedizo de última hora. No hay relevo generacional, al menos mientras viva el último de los “históricos”.

Machado Ventura es el segundo en el poder; es el Segundo Secretario del Buró Político del Partido Comunista, al menos hasta una próxima convocatoria al Congreso partidista dentro de cinco años. En el transcurso de ese lustro puede suceder cualquier imprevisto, quizá el desmoronamiento del sistema, quizá se produzca la hegemonía de uno de los grupos de intereses que se animan en el seno del Partido; quizá las ambiciones de aquellos que se sientan desplazados hagan caer al advenedizo, quizá hasta ya hayan muerto Fidel y Raúl.

Buena tarea tiene Días Canel por delante. Tendrá su propia corte de aduladores; tendrá un corro de envidiosos tratando de ponerle zancadillas; tendrá sus enemigos abiertos y declarados y tendrá que cargar con muchas funciones que sobre él relegará Raúl Castro para su descanso.

Mientras tanto la Seguridad del Estado continuará acosando a los opositores, las libertades civiles continuarán siendo limitadas al servicio de los intereses del Partido Comunista y la miseria seguirá ganándole la batalla a la utopía comunista.

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