Pages

sábado, 23 de febrero de 2013

Aunque se llame Federación de Rusia…


Mario J. Viera
Raúl Castro y  Medvedev durante la firma del paquete de acuerdos. Foto de Granma

Sí, podrá llamarse Federación de Rusia; podrá tener un Constitución que difiera de la antigua Constitución que rigiera en el periodo del poder comunista; podrá tener un Parlamento y celebrarse elecciones periódicamente y aparentemente ser un estado de derecho, pero… en realidad sigue siendo la misma Unión Soviética pero de manera mimetizada como el lagarto que se mimetiza entre los colores de la vegetación.

Comunistas reciclados gobiernan la Federación sin apenas cambios en su modo de pensar y actuar y sin abandonar sus proyectos nacionalistas e imperialistas que animaban a los antiguos gobernantes soviéticos de la era de la guerra fría.

Este mimetismo del gobierno actual de Rusia no se le escapa a los regentes del gobierno comunista y usurpador de Cuba. Oportunista como siempre ha sido el gobierno de los Castro se las ingenia para vender una parte de la soberanía nacional al oso ruso con tal de seguir disfrutando del poder omnímodo en Cuba.

Chávez casi es ya una opción desechable, casi está fuera de juego y sus herederos políticos son unos mediocres ambiciosos que no podrán sostenerse en el poder por mucho tiempo. Hay que buscarse lo más pronto posible algún nuevo benefactor.

Los pícaros Castro sondean Brasil; pero su buen amigo Lula ya no gobierna y Dilma Rousseff tiene sus devaneos con el tema de los derechos humanos; además en el coloso sudamericano parece ser que la democracia y el estado de derecho funciona adecuadamente. No Brasil no es una buena carta para apostar.

¿China? Ni soñarlo, los chinos son bien taimados y se prestan para sacarle el jugo a cualquier socio comercial y no para subsidiarle.

¿Quién entonces? ¡Carajo, los rusos! Sí, los rusos que por sacarle algún punto de ventajas a los Estados Unidos bien pueden servir para darle subsidio al régimen cubano que como todos conocen es simplemente un régimen parasitario. Los rusos pueden ser bien cabrones, pero sus gobernantes tienen afinidades ideológicas con los seniles líderes de la senil revolución caribeña; además no hay que olvidarse de la deuda que se tenía con la URSS por los subsidios que le dieron a los Castro, No se ha pagado, nunca se saldará, pero se puede firmar un tratado con los rusos para el “arreglo de la deuda de Cuba ante Rusia por los créditos otorgados en el periodo de la extinta URSS”. Así se va engatusando al ruso como antes se engatusó al soviético.

Es entonces que se recibe en Cuba al “excelentísimo señor Dimitri A. Medvedev” ─ ahora le dicen “señor”; antes denominaban a los dirigentes de la metrópoli rusa “camarada” ─. El personaje viene con un paquete bajo el brazo para que se acepte como tratados ─ diez en total ─ que muy gustosamente el general de oficina devenido Presidente le da su aprobación como “expresión de la voluntad política” de los dos gobiernos ─ uno al menos legitimado por elecciones, fraudulentas, si se quiere, pero elecciones en fin, el otro impuesto como herencia del “líder histórico” ─, y de ¡nada menos! “los tradicionales lazos de amistad que unen a nuestros pueblos y países”, ¿Quién dijo? ¿Cuáles son esos lazos de amistad entre los cubanos y los bolos?

No podía faltar la visita a la momia viviente en “un ambiente fraternal y amistoso”. Según dice el Granma, Medvedev y Castro el Viejo intercambiaron impresiones sobre varios temas. Para retomar control sobre la antigua colonia, al ruso no le quedó remedio que soportar el lenguaje gangoso y las inconsistencias mentales del pobre vejete que aún se cree él mismo es un gran estadista.

Aunque sí, aunque se llame Federación de Rusia por dentro sigue siendo la misma Unión Soviética, la que añoran los castristas, la metrópoli en ocasiones complaciente, en ocasiones exigente; pero la loba nutriente del totalitarismo caribeño.

¡De nuevo los bolos en Cuba! Ya les veremos correteando tras las jineteras, tomando galones de ron o de alcohol barato y dejando a su paso ese característico y acre olor de ruso.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario