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viernes, 18 de enero de 2013

Sobre el Proyecto Emilia


Miguel Fernández-Díaz. DIARIO DE CUBA

La persistencia de la oposición en pasar proyectos literarios como iniciativas políticas incuba la sospecha de que no hay voluntad de poder, sino mediática.

Entre cubanos queda un solo experto en tumbar gobiernos: Fidel Castro, quien se dio hasta el lujo de instruir en cómo tumbar a su propio régimen de socialismo irrevocable: lograr primero mayoría en la Asamblea Nacional (AN) para "desde el poder hacer la contrarrevolución, por vías legales, [e incluso] recoger equis millones de firmas" que revoquen el socialismo irrevocable (Biografía a dos voces, Debate, 2006, páginas 555-6).

La oposición viene actuando al revés: antes que poner en crisis al sistema electoral con millones de votos nulos, se empeña en recogidas inútiles de firmas. Nadie se llame a engaño: la constitución se refiere tan solo dos veces a firmas: la del presidente de la Asamblea Nacional en las leyes (Artículo 81.ch) y la del jefe de Estado y Gobierno en los decretos-leyes y otras disposiciones (Artículo 93.j). Recoger firmas a los ciudadanos ha sido pura evasión del único teatro de guerra contra Castro: las urnas.

Aquí Castro ha logrado imponer la tiranía de los números: inmensa mayoría de votantes a su favor. Al filo de las elecciones generales (febrero 3), la oposición tendría que haber echado a correr sin aspaviento que votar por cualquiera es votar por el castrismo y hacerlo así es seguir como estamos y sin esperanzas: ¡Anula tu boleta, que nadie podrá verte ni pedirte cuentas después!

Sin embargo, se prefiere largar tal o cual proyecto en conferencia de prensa [extranjera], pregonarlo [en el extranjero o el ciberspacio] y recoger firmas, como si no supiéramos ya que ningún fuego patriótico se prende redactando ni leyendo documentos y que firmarlos no hace ni cosquillas al Estado totalitario.

El último grito de esta moda acaba de proferirlo el ex preso político Dr. Oscar Elías Biscet con el Proyecto Emilia (http://www.abc.es/internacional/20130111/abci-disidente-oscar-elias-biscet-201301101723.html). Agarrarse a la "grácil y atractiva dama, entusiasta y filibustera" Emilia Margarita Teurbe Tolón (1828-1902), porque cosió la primera bandera (1849) y fue la primera desterrada por causas políticas (1850), es otra recurrencia kitsch a claves decimonónicas — como el Proyecto Varela o el Proyecto Heredia — que para nada suplen tanto analfabetismo político en el planteo mismo.

Luego de sostener que "el régimen comunista de Cuba fundamenta su legalidad en la Constitución de 1976, con sus modificaciones", la iniciativa emiliana descarga sobre la AN la culpa de que el Consejo de Estado campee por sus respetos, como si esta situación no derivara en derechura de la propia constitución, que el pueblo cubano adoptó (1976) por abrumadora mayoría. Y si la reforma constitucional "institucionaliza de manera permanente al régimen comunista" es porque mayoría igual de abrumadora apoyó (2002) semejante designio.

Vamos a suponer que en ambos casos el pueblo actuó bajo coacción de la dictadura castrista. Ese es el pueblo que tenemos, y un pueblo así reduce al absurdo toda pretensión de cambiar el régimen de Castro con papeles. Por algo el Proyecto Varela no pasó de 25 mil firmas en dos tandas (2002 y 2004) y acabó expirando en concreción fuera de lugar: relanzado en Madrid (octubre 24, 2008). Así y todo, la oposición insiste en convocar a un pueblo imaginario con panfletos cifrados en que, por simple clamor, el grupo político de Castro cederá poder.

Amén de esta alucinación hay otra: sin huelgas ni otras manifestaciones masivas precedentes, la oposición insta al diálogo sobre los destinos a quienes vienen de ganarle la guerra civil a Batista, la guerra civil a los alzados y la guerra sucia a la CIA. Una cosa es abogar por derechos humanos — plano horizontal de la democracia — y otra muy distinta hacer política, que supone librar la guerra en el plano vertical para pasar de gobernado (abajo) a gobernante (arriba).

La oposición no atina a ganarse al resto de la gente para terminar con la tiranía castrista de los números, sino que se dedica más bien a ensartar proyecto tras proyecto que, a lo sumo, dan para conseguir algún premio afuera o salir por los telecentros de Miami u otros medios de ultramar. Solo que así también dan continuidad a la tiranía castrista del pensamiento por la simple falta de educación en el bando contrario. Y por entre ambas tiranías se va perpetuando la otra en ejercicio del poder.

Coda

El Proyecto Emilia (2013) concita tan solo dos predicciones complementarias: pasará al olvido por falta de apoyo popular, como El camino del pueblo (2011) y el Llamamiento urgente por una Cuba mejor y posible (2012), en tanto el castrismo volverá a barrer en las elecciones. Para evitar que esto sea así, el camino es anular las boletas en cada votación.

 

PROYECTO EMILIA

Este proyecto, imbuido de un profundo amor patrio, lleva el nombre de una de las heroínas cubanas que dedicó lo mejor de su vida fructífera a la lucha por la independencia y la libertad de Cuba.

Nos referimos a Emilia Teurbe Tolón, designada en 1950 por el Congreso de la República de Cuba, con motivo del centenario de nuestra Bandera Nacional, como la Encarnación de la Mujer de Cuba.

Emilia fue la primera mujer cubana desterrada de nuestra patria por motivos políticos. Tuvo además el honor de laborar en el original de la bandera cubana que fuera diseñada por su esposo y poeta Miguel Teurbe Tolón, a iniciativa del General Narciso López. Perteneciente a una acaudalada familia de la ciudad de Matanzas, tuvo la sensibilidad humana de donar sus bienes en beneficio de la enseñanza de los pobres.

Quienes suscribimos este documento, inspirados en su ejemplo patriótico, nos proponemos realizar este proyecto cuyos objetivos esenciales son: la conquista de los derechos humanos fundamentales, la democracia y la libertad del pueblo cubano.

Partimos de la base de que el régimen comunista de Cuba fundamenta su legalidad en la Constitución de 1976, con sus modificaciones de 2003. En su artículo 69, esta Constitución designa a la Asamblea Nacional del Poder Popular como el órgano de poder del Estado. Asimismo añade que dicha asamblea representa y expresa la voluntad soberana de todo el pueblo. Para no dejar dudas, en su artículo 70 afirma que la Asamblea Nacional del Poder Popular es el único órgano con potestad constituyente y legislativa en la República de Cuba.

Por Cuanto: Hemos confirmado durante años que la Asamblea Nacional del Poder Popular ha prevaricado al ceder sus derechos soberanos y su poder al Consejo de Estado.

Por Cuanto: Hemos verificado que la Asamblea Nacional del Poder Popular ha acatado pasivamente y dado fuerza legal a todos los Decreto-leyes adoptados por el Consejo de Estado.

Por Cuanto: La Asamblea Nacional del Poder Popular ha perdido su poder soberano al aceptar el mandato del Consejo de Estado en la convocatoria a sesiones extraordinarias.

Por Cuanto: La Asamblea Nacional del Poder Popular ha atentado contra la libertad de nuestro pueblo al permitir que el Consejo de Estado declare como irrevocables en la Constitución Nacional ideas políticas, sociales e ideológicas contrarias a los intereses del pueblo cubano.

Por Cuanto: La Asamblea Nacional del Poder Popular ha violado el respeto a la opinión de las minorías plasmado en las constituciones más avanzadas del mundo y otorgado extremo poder a mayorías dóciles.

Por Cuanto: La Asamblea Nacional de Poder Popular, violando el principio constitucional de la separación e independencia de poderes, ha otorgado el Consejo de Estado el poder de dictar pautas e imponer decisiones sobre el Poder Judicial.

Por Cuanto: La Asamblea Nacional del Poder Popular ha desconocido la voluntad popular y limitado la libertad ciudadana al subordinar a ella las Asambleas Locales del Poder Popular.

Por Cuanto: La Asamblea Nacional del Poder Popular ha estipulado que la Asambleas Locales del Poder Popular están subordinadas al Consejo de Estado.

Por Cuanto: La Asamblea Nacional del Poder Popular ha asfixiado la libertad de expresión, asociación, palabra y prensa a los que no se alineen a la política e ideología del Estado.

Por Cuanto: La Asamblea Nacional del Poder Popular ha otorgado al gobierno la potestad de despojar de su ciudadanía a cubanos nacidos en nuestro territorio nacional.

Por Cuanto: La Asamblea Nacional del Poder Popular, al no objetar las medidas del Consejo de Estado que han hundido en la miseria y la desesperación a nuestro pueblo, se ha hecho cómplice de esa infamia.

Por Cuanto: La Asamblea Nacional del Poder Popular ha exaltado a un Partido por encima del estado y de la nación.

Por Tanto: Declaramos que estas leyes, compiladas en la Constitución de 1976, constituyen un abuso de poder que viola flagrantemente la dignidad de los ciudadanos cubanos.

Por Tanto: La Constitución de 1976, modificada en el 2003, institucionaliza de manera permanente al régimen comunista de Cuba.

Por Tanto: La Asamblea Nacional del Poder Popular carece de toda validez y deja de ser la expresión de la voluntad del pueblo al otorgarle al Consejo de Estado todas las prerrogativas consagradas en la Constitución Cubana.

Consideramos que la vigente Constitución comunista viola la Declaración Universal de Derechos Humanos y los Pactos de Derechos Humanos Civiles y Políticos de las Naciones Unidas.

Concordamos en declarar ilegitima a la Constitución Comunista y a la Asamblea Nacional del Poder Popular con sus órganos de poder del Estado.

Convocamos al pueblo cubano a que suscriba este proyecto para dar pasos hacia una Cuba soberana, democrática, libre y justa.

Proclamamos que el nuevo Parlamento democrático y libre surgido de estas exigencias se declare en Constituyente; y rubrique una Constitución que respete la dignidad de todos los cubanos.

Insistimos en que esta Constitución contenga las bases de la democracia y la libertad por la que han luchado y ofrendado sus vidas tantos de nuestros compatriotas desde nuestras guerras de independencia.

Demandamos que el ordenamiento jurídico de nuestra patria tenga como base los principios democráticos que predominan en otras naciones del mundo civilizado. Estos son: Soberanía del pueblo, gobierno basado en el consentimiento de los gobernados, gobierno de la mayoría, derechos de las minorías, garantía de los derechos humanos básicos, elecciones libres y transparentes, igualdad ante la ley, debido proceso judicial, límites constitucionales al gobierno, equilibrio de poderes independientes, pluralismo social, económico y político; así como los valores de tolerancia, pragmatismo, cooperación y compromiso.

Por desgracia, hemos visto a través de más años de los que quisiéramos recordar como el régimen comunista de Cuba no ha concedido ni un átomo de libertad y ha resistido de manera rígida y arbitraria cualquier cambio que garantice una vida digna para nuestro pueblo.

Por consiguiente, no nos queda otra alternativa que poner en marcha el desafío político no violento para hacer realidad la libertad de nuestro pueblo. Para ello, suplicamos la asistencia y la protección de Dios, así como le pedimos al Creador que nos guie en esta justa causa para lograr la libertad y la prosperidad del pueblo cubano.

¡VIVA CUBA LIBRE!

Dado en La Habana, República de Cuba, el 9 de enero de 2013

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