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martes, 2 de octubre de 2012

Si pierde Chávez


Jorge Ramos. EL NUEVO HERALD

Esta será la elección más difícil en la vida política de Hugo Chávez. Nunca se ha enfrentado a una oposición unida con un solo candidato: Henrique Capriles. A pesar del abrumador y abusivo control de Chávez sobre prácticamente todo el aparato del estado venezolano – incluyendo al organismo que cuenta los votos ─ existe la posibilidad real de que Chávez pierda. Pero una cosa es que Capriles obtenga más votos y otra muy distinta es que Chávez lo reconozca.

Chávez no está acostumbrado a perder. Desde la elección que lo puso en el poder en 1998, Chávez solo ha perdido dos veces; una en el 2007 cuando la mayoría de los venezolanos votó contra su reelección indefinida y otra en el 2010 cuando la oposición obtuvo el 52 por ciento de los votos para la Asamblea. Esta pudiera ser su tercera y definitiva derrota.

Las encuestas no son claras. La mayoría aún pone a Chávez por delante de Capriles. Pero hay varios sondeos que predicen un cerrado triunfo de la oposición. Habrá que esperar, entonces, al domingo 7 de octubre.

¿Por qué puede perder Chávez la elección presidencial? Por principio, se ha desgastado en el poder. Muchos venezolanos están hoy peor que hace 13 años y el país ha dejado de ser una democracia. Pero hay más.

Venezuela es uno de los países más peligrosos del mundo. En el 2011 hubo 19,336 asesinatos. Ha sido el año más violento en la historia de Venezuela, según el Observatorio Venezolano de Violencia. El 2010 también fue muy violento con 13,080 asesinatos, según Naciones Unidas (UNOD). Chávez, diga lo que diga, no ha podido contra el crimen.

A pesar de los supuestos avances contra la pobreza, la inflación se ha encargado de hacer más pobres a casi todos los venezolanos. En el 2009, 2010 y 2011 la inflación alcanzó casi el 30 por ciento anualmente, según el Banco Central de Venezuela y el Fondo Monetario Internacional. Chávez no ha sido un buen administrador de la riqueza petrolera del país.

Venezuela es una de las naciones más corruptas del planeta, según Transparencia Internacional. Ocupó el lugar 172 de 183 países estudiados en el 2011. En una escala de 0 (muy corrupto) a 10 (muy transparente), Venezuela apenas alcanzó 1.9 puntos. El socialismo del siglo XXI, que quiere implementar Chávez, está lleno de sobornos por debajo de la mesa.

La concentración del poder de Chávez, y las amenazas a quienes se oponen a él, ponen en peligro la democracia en Venezuela, según concluyó recientemente un reporte de la organización Human Rights Watch. El informe dice que bajo Chávez han sufrido los derechos humanos y las instituciones democráticas en Venezuela, desde las cortes y los medios de comunicación hasta los activistas que denuncian los abusos del chavismo. Cuando una persona decide por 29 millones, eso no es democracia.

Chávez rompió las promesas que hizo en 1998. Antes de ser elegido la primera vez, me dijo en una entrevista que entregaría el poder en cinco años o menos, que no nacionalizaría ninguna empresa y que respetaría a todos los medios de comunicación. Eso no lo cumplió y en la internet son conocidas como “las tres mentiras de Chávez”. Precisamente para eso son las elecciones; para sacar a los políticos y a los partidos que no cumplen sus promesas. Chávez ha roto muchas.

Por estas razones pudiera perder Chávez las elecciones. Y él lo sabe. Por eso ha apelado al miedo para ganar. “¿Qué les conviene? ¿Una guerra civil?” dijo a principios de septiembre a los que pensaban votar contra él. La advertencia de Chávez es clara. Si pierde habrá violencia.

Pero la pregunta es si, aun perdiendo, reconocería su derrota. Como él controla casi todo en el país ¿podría realizar un fraude y desconocer el resultado final de las elecciones?

Imposible saberlo por ahora. Pero hay dos precedentes que nos ayudan a entender qué pasa cuando una dictadura o un gobierno autoritario pierde unas elecciones. En 1988 los chilenos le dijeron NO al dictador Augusto Pinochet, luego de 16 años y medio de régimen totalitario y sangriento. El rechazo a Pinochet fue abrumador (55% del NO frente a 44% del SI) y no tuvo más remedio que dejar el poder.

En Nicaragua en 1990 los sandinistas tuvieron que entregar el poder a la candidata opositora Violeta Barrios de Chamorro. Muchos nicaragüenses escondieron su preferencia a los encuestadores y a la hora de votar lo hicieron por Violeta. Los sandinistas se tardaron en reconocer su derrota pero, finalmente, entregaron el poder luego de 11 años.

Igual que con Chávez, muchos dudaban que Pinochet o los Sandinistas entregarían el poder. Pero la presión interna e internacional evitó que se quedaran en el poder. El problema en Venezuela es que no hay plena confianza en la independencia del Consejo Nacional Electoral y en su presidenta, Tibisay Lucena, quien el domingo por la noche o el lunes en la madrugada debería anunciar al ganador. ¿Se atreverá a ir en contra del jefe?

Venezuela tiene una oportunidad histórica de cambiar de rumbo. Y si lo hace será a contracorriente, venciendo todo tipo de trampas, y a pesar del abuso del presupuesto nacional para la reelección. Si pierde Chávez      ─ como ocurrió con Pinochet y los sandinistas ─ no entregará el poder. Se lo tendrán que arrancar voto por voto.

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