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domingo, 18 de diciembre de 2011

Cuando Havel rompió con Castro

Álvaro Alba / martinoticias

Vaclav Havel fue el presidente checo que rompió con el régimen de Fidel Castro de una manera completa y definitiva. Lo hizo no más asumir el cargo de presidente de Checoslovaquia. Ni siquiera esperó a que se separaran las Repúblicas de Eslovaquia y Checa.
Havel asume el cargo de presidente de Checoslovaquia en diciembre de 1990 y ese mismo mes la cancillería checa anunciaba a la embajada cubana en Praga que se buscara otro país que representara sus intereses en Washington. Como fecha límite le dieron a las autoridades cubanas hasta el 31 de marzo de 1991 para que encontrara otro país que les representara.

En Enero de 1961, cuando rompieron relaciones diplomáticas La Habana y Washington, Suiza se encargó de los intereses de Estados Unidos en Cuba y Checoslovaquia de los cubanos en la capital estadounidense. Por 30 años representaron los checoslovacos los intereses del régimen de La Habana, hasta que llegó Vaclav “y mandó a parar”.

En marzo de 1990, Checoslovaquia fue uno de los países que patrocinaron la resolución de condena al régimen de La Habana presentada en la Comisión de Derechos Humanos de Ginebra por violar los derechos humanos.

Los representantes diplomáticos checos siempre han mantenido contacto con los opositores y disidentes cubanos. Jamás las puertas de la embajada de Praga en Cuba estuvieron cerradas para los opositores cubanos. Siempre fueron invitados estos a las recepciones y fiesta que se realizaban por las fechas nacionales.

En el verano caliente de 1990, cuando varias embajadas occidentales eran ocupadas por cubanos desesperados por salir del país, la sede diplomática de Praga no fue la excepción. Un grupo de cubanos pidió asilo en ella, para después abandonarla. En el discurso del 26 de julio de 1990, Fidel Castro se quejó del trato que los checos ofrecieron a los cubanos allí refugiados, debido a que consumieron “salchichas y cervezas”, lo que consideró “una fiesta”.

Durante tres años consecutivos, 1999, 2000 y 2001 la Republica Checa presentó ante la Comisión de Derechos Humanos de Ginebra la resolución de condena a Cuba como un país donde se violaban las libertades fundamentales del hombre y los derechos humanos. En las tres ocasiones el gobierno de La Habana fue señalado por la mayoría de los miembros como violador.

La sede diplomática checa en Cuba, en la Avenida Kohly y 41 y 43 en Nuevo Vedado, fue objeto de un acto de hostigamiento organizado por las autoridades en abril del 2000, tras la resolución de Ginebra contra la violación de los derechos humanos en la isla. Según La Habana, unas 100 mil personas desfilaron frente a la embajada checa protestando por la autoría de la crítica hacia Cuba en la Comisión de Derechos Humanos.

No faltaron en la prensa cubana los ataques a Vaclav Havel, donde Pedro de la Hoz, un periodista de Granma, calificó al presidente checo en el 2000 de “intelectual mediocre”.

Y es que Havel, cuando dejó la presidencia checa en febrero del 2003, siguió vinculado con el proyecto de democracia hacia Cuba. Y lo hizo, según declaró, porque en esos días que abandonaba el Castillo de Praga, en Cuba detenía y condenaba a 75 opositores. Fue entonces que se lanza a la fundación, en septiembre de ese mismo 2003, el Comité Internacional por la Democracia en Cuba (ICDC), con sede en Praga.

Para el 2004,  se organizó en Praga la primera conferencia. En el ICDC logró unir Havel a ex mandatarios con experiencias en democracia, transiciones e interesados en una futura cuba democrática, como de España (José María Aznar), Costa Rica (Luis Alberto Monge), Uruguay (Luis Alberto Lacalle), Bulgaria (Filip Dmitrov), El Salvador (Armando Calderón Sol), Letonia (Mart Laar), Chile (Patricio Aylwin, Eduardo Frei), Nicaragua (Violeta Chamorro), Guatemala (Virginio Cerezo) y Hungría (Arpad Goncz).

El ICDC simposios, conferencias y plenarios sobre temas de derechos humanos, democracias y transiciones enfocados en Cuba en varias ciudades del mundo, como Berlín, Bruselas, Fort Lauderdale, Viena, Buenos Aires, Tallin, Ciudad México.

En septiembre del 2002 visitó Miami; era su última visita como jefe de Estado a los Estados Unidos y la primera a la Florida. En el discurso pronunciado en la Universidad Internacional de la Florida (FIU), explicó por qué la elección del Estado sureño. “Soy yo quien ha elegido Florida y lo he hecho para saludar, desde aquí, a todos los cubanos, es decir, a los que viven aquí y también a los que tienen su casa en la isla”.

Nunca faltó su firma para denunciar los arrestos a opositores cubanos. Y entendía mejor que nadie las tácticas de hostigamiento y represión que se ven en Cuba. En mayo del 2006, escribió en la prensa internacional un artículo titulado “El discreto terror de Fidel Castro”, donde expuso la alevosía de los actos de repudio, que ocurren constantemente en La Habana y decía: “Nunca debemos olvidar a las víctimas aparentemente anónimas de los ‘actos de repudio’ de Castro”.

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