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lunes, 7 de noviembre de 2011

¡Qué pena, nicas!

Mario J. Viera.

Por ahí se dice que la voz del pueblo es la voz de Dios. Pues parece ser que si la voz que se escuchó en las urnas electorales de Nicaragua es la voz de Dios, tendríamos que dudar de la capacidad de Dios para juzgar inteligentemente. Pero no dudemos de Dios, dudemos mejor de la estulticia de los pueblos.
Daniel Ortega, sí, señor, Daniel Ortega ganó arrolladoramente en las elecciones celebradas este domingo. Es la democracia, dirán algunos, la mayoría dio su última palabra. ¿Democracia? No siempre la mayoría es democracia. Ha veces la mayoría la constituye personas que viven en las peores condiciones de vida y no se cuestionan quien es el culpable de su miseria, sino quién les da limosnas para paliar su situación.
El populismo es una trampa para cazar incautos. Sume en la pobreza a la mayoría y luegoregalarle alguna “caridad” que le mantenga en la pobreza y  genera agradecimiento. “El es bueno, se preocupa por los pobres” podrían justificar muchos; sin embargo seguirán en la pobreza porque es lo que le conviene a los demagogos. Nada de garantizar empleo honrado, la gente se conforma con migajas, no hace falta desarrollar industrias, impulsar empresas que produzcan y creen puestos de trabajo. No; es necesario que los pobres pobres estén sujetos a la dependencia gubernamental. Como los pichones están sujetos al alimento que en el pico les traen sus progenitores.
¿De qué se nutre el gobierno sandinista? De los subsidios y regalías que les concede Hugo Chávez a cambio de su total acatamiento a los dictados del chavismo.
En 2005 se calculaba que el porciento de la población bajo el nivel de pobreza se encontraba en el 48%, prácticamente la mitad de la población está dentro de los niveles de la pobreza.
Ciertamente ha habido avances en la economía nicaragüense. Según la Fundación para el Desarrollo Económico y Social (Funides, privada), la inversiones superan los 500 millones de dólares muy por encima de lo alcanzado en este aspecto durante el gobierno de Enrique Bolaños cuya cifra se situó en  250 millones; de enero a septiembre de 2011 la inflación se situó en 4.9% y se alcanzó este año un crecimiento del  4.5%; no obstante, de acuerdo con la agencia AFP Nicaragua es el segundo país más pobre de América después de Haití, con un 45% de los 5,8 millones de nicaragüenses en pobreza. Miles siguen emigrando en busca de empleo, sobre todo a Costa Rica. José Baltodano, presidente de Funides, señaló al respecto: "Hoy en día somos el país más pobre y vulnerable" y con "menor ingreso per cápita de la región. Para erradicar la pobreza se necesita un crecimiento del 6 al 7% anual”. En opinión del gobierno sandinista el índice de pobreza había disminuido hasta 42,5 por ciento.
Los logros alcanzados en la todavía deficiente economía nicaragüense se han debido más a los resultados de los Tratado de Libre Comercio entre República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos de América, acordado durante el gobierno del presidente Bolaño que a medidas eficaces impulsadas por el gobierno de Daniel Ortega. Ortega, además ha firmado un Tratado de Libre Comercio con México y propuesto otro con Canadá y la Unión Europea buscando el beneficio que pueda reportarle una institución capitalista de mercado y el flujo de ingresos para fortalecer su régimen.
Pero, bueno. Los nica decidieron reelegirle sin importarles para nada los propósitos totalitarios que tras sus demagógicas propuestas se esconden. No olviden su extrema simpatía hacia el depuesto y justiciado dictados libio Muamar el Gadafi; quizá ya esté pensando en editar su nuevo Libro Verde de su autoría.

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