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domingo, 11 de septiembre de 2011

Republicanos desechan el voto hispano

Andrés Oppenheimer
NOTA PREVIA DE EL FANTASMA
El 7 de septiembre, en horas de la noche se produjo el debate de los ocho más destacados representantes de la ultraderecha cavernaria del republicanismo que aspiran a la candidatura presidencial por el Partido Republicano. El debate se llevó a cabo en la Biblioteca Reagan de Simi Valley, California.
La ultrarreaccionaria representante del Tea Party, Michelle Bachman, el no menos ultrarreaccionario Rick Perry, Newt Gingrich, Herman Cain, John Huntsman, Ron Paul, Mitt Romney y Rick Santorum.
Según Diario Las Américas, el Granma de los Republicanos en el sur de la Florida, “todos estuvieron de acuerdo en cuanto al tema de inmigración es en que lo primero que hay que hacer es asegurar la frontera para impedir la entrada de inmigrantes ilegales. Una vez logrado esto, cada uno expresó sus ideas de cómo resolver, en forma humanitaria, la situación de los once millones de ilegales que ya están en el país”.
En el debate se produjo un fuerte enfrentamiento entre Rick Perry, y Mitt Romney acerca de cuál de los dos había generado más empleos en sus estados respectivos, Texas y Massachussets.
Todos coincidieron en que de ganar la presidencia revocarían el programa de salud del presidente Obama al que despectivamente denominan “Obamacare”

Como muchos inmigrantes latinoamericanos, después de ver el debate entre los aspirantes a la candidatura presidencial del Partido Republicano el 7 de septiembre llegué a una clara conclusión: esta gente no nos quiere nada.

Con la posible excepción del ex gobernador de Utah Jon Huntsman, quien en un momento se vio obligado a recordarles a sus rivales que los inmigrantes son “seres humanos”, los restantes siete hombres y una mujer que participaron en el debate televisado de MSNBC-Político parecían estar compitiendo entre sí para ver quién era el más “duro” contra los inmigrantes indocumentados. Ninguno de ellos mencionó siquiera de paso el hecho de que la inmigración ilegal ha disminuido drásticamente desde la crisis económica del 2008.

Ya antes de iniciarse el debate, un aviso dirigido a los republicanos de California me dejó atónito. Mostraba a un joven rubio diciendo que el problema de Estados Unidos no es sólo la inmigración ilegal, sino también la inmigración legal. La publicidad, firmada por un grupo llamado “Californianos para la Estabilización de la Población” — suena muy parecido a “Californianos para la Esterilización de la Población”— decía que “necesitamos disminuir la inmigración legal” para reducir el desempleo, sin mencionar el hecho de que la mayoría de los inmigrantes hacen trabajos que pocos ciudadanos estadounidenses están dispuestos a realizar.

De mal en peor

A partir de ese momento, la cosa fue de mal en peor. El gobernador de Texas Rick Perry, el favorito en las encuestas, pidió “más tropas en la frontera” entre México y Estados Unidos, sin mencionar que el número de cruces ilegales de la frontera está en su número más bajo desde 1973, ni que el número de agentes de la Patrulla Fronteriza se ha más que duplicado en los últimos seis años.
Rick Perry
Más importante aún, Perry tampoco mencionó que casi la mitad de todos los inmigrantes indocumentados no ingresan al país cruzando el desierto mexicano, sino que lo hacen con visas de turistas a través de los aeropuertos estadounidenses, y luego se quedan más tiempo del que autorizan sus visas.
Mitt Romney

El ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney, el segundo en las encuestas de los republicanos, dijo que su mayor prioridad para resolver el problema inmigratorio sería construir un muro a lo largo de toda la frontera. Pero, muy convenientemente, Romney no añadió que, además de ser económicamente imposible, esa medida no impedirá que los inmigrantes sigan cruzando la frontera con escaleras, o por medio de túneles, mientras el ingreso per cápita de Estados Unidos siga siendo varias veces más alto que el de México, y mientras los empleadores estadounidenses sigan ofreciéndoles empleos que los ciudadanos estadounidenses se niegan a ocupar.
Michelle Bachmann

La congresista Michelle Bachmann habló del riesgo de que los terroristas cruzaran la frontera, sin mencionar que ni uno solo de los terroristas del 9/11 entraron a Estados Unidos desde México. Tampoco mencionó que una investigación reciente del diario USA Today, basada en datos del FBI, concluyó que “los índices de crímenes violentos cometidos en la frontera EEUU-México han bajado en años recientes”.

Posición razonable

La única voz razonable fue la de Huntsman, quien recordó a sus rivales que muchos indocumentados entran al país ilegalmente porque las trabas burocráticas les hacen casi imposible hacerlo legalmente. Estados Unidos debe agilizar su sistema de inmigración legal para atraer cerebros, trabajadores calificados e inversores, dijo.
Jon Huntsman

¿Cómo hará el Partido Republicano para conquistar el 40 por ciento del voto hispano que la mayoría de los encuestadores dice que necesitará para ganar las elecciones del 2012, con estas posturas antiinmigratorias y propuestas de recortes a los programas sociales que benefician a millones de hispanos?

La encuestadora republicana Nicole McCleskey me dijo que los republicanos están apostando al voto de la población blanca. “La caída del apoyo de los votantes blancos a Obama hace disminuir la necesidad de que el candidato republicano conquiste ese 40 por ciento del voto hispano”, me señaló.

Mi opinión: En su búsqueda del apoyo de la extrema derecha del Partido Republicano para ganar las primarias, los principales aspirantes republicanos están tirando por la borda el voto hispano. Eso podría costarles las elecciones del 2012.

No hay dudas de que Estados Unidos, como cualquier otro país, debe proteger sus fronteras. Pero para hacerlo necesita (a) reducir las trabas burocráticas a la inmigración legal, para que los extranjeros que lo merezcan puedan entrar con visas, en lugar de entrar con contrabandistas de personas, (b) focalizar la acción de los agentes de inmigración, para que impidan el ingreso de criminales, en lugar de dedicarse a persecuciones indiscriminadas, y (c) lograr una mayor integración económica con Latinoamérica, para que a los vecinos de Estados Unidos les vaya mejor, y su gente no sienta la necesidad de emigrar. Lo que no hace falta es más demagogia barata, como la que se vio en el debate.

Twitter: @oppenheimera

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