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domingo, 24 de julio de 2011

¿Milagro de la Virgen de Coromoto o de la Virgen del Rosario?

Mario J. Viera. 
Es la noticia del día, Chávez regresó el sábado a Venezuela y saludó entusiasmado a Venezuela: “¡Hola mi amada Patria! ¡Buenos días, mis amados compatriotas! ¡Gracias a Dios, aquí en mi Caracas de nuevo, mirando el amanecer!¡Viviremos!”, para luego declarar satisfecho que “no se detectó la presencia de células malignas en ninguna parte de mi cuerpo” aunque no dejó de señalar, por las dudas, que “el riesgo existe y por ello, es la quimioterapia, aunque con un poquito de molestias". ¡Gloria a Dios, Chávez ya no tiene cáncer! Entonces ¿qué? ¿Se produjo un milagro de la Virgen de Coromoto o de la patrona de Barinas, la Virgen del Rosario?
Virgen de Coromoto, patrona de Venezuela

No voy a negar que los milagros se producen; pero este repentino amanecer a la vida de Hugo Chávez no me lo creo ni tan siquiera un tanto.
¡Ah, qué alegría siente el mandatario del socialismo del siglo XXI por su regreso al país que tiene que soportarlo! “Es un día de júbilo, de alegría para mí, y estoy seguro que para la gran mayoría de nuestro pueblo”. Modesto el chico ¿verdad? La gran mayoría del país, según él saltara de alegría, cantará himnos de gloria y se arrodillarán ante la sagrada imagen de la Virgen de Coromoto para agradecerle el retorno del amado prócer.
Su corte de aduladores le aguardaba, ansiosos en la Rampa 4 del Aeropuerto Internacional de Maiquetía. Allí estaba con su sonrisa de oligofrénico Elías Jaua, algunos ministros, como el ministro de Comunicación e Información, Andrés Izarra, el de Deportes, Héctor Rodríguez y el imprescindible Tareck El Aissami, ministro de Interior y Justicia y, además, un grupo de cadetes de la Academia Naval. ¡Qué alegría debió embargar al ánimo del vicepresidente al escuchar las palabras de aliento que profiriera el amado líder: “Estoy orgulloso de mi equipo de trabajo y de mi vicepresidente Elías Jaua Milano. Un aplauso para todos mis ministros” (¡clap, clap, hurra!).
Por supuesto, liberado del terrible mal que “le aquejaba” el católico, el muy ferviente cristiano que es Chávez agradeció a los cielos, a “Dios, a Jesús de Nazareth y al manto de la Virgen”.
Sigo en mi punto de vista: Chávez, ni tiene cáncer, ni lo tuvo y no se morirá por el momento y no se produjo ningún milagro celestial.


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