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domingo, 26 de junio de 2011

“Roma compra los traidores pero los desprecia”. El triste final del agente “Enrique”. Parte III

Manuel David Orrio, o la irrentabilidad de la delación (Tercera parte)

martinoticias.com  25 de junio de 2011
Orrio y los artículos  utilizados como pieza de convicción en contra de los periodistas independientes presos durante la Primavera Negra
Desde aquella primavera la vida de Manuel David Orrio se convirtió en una friolera de pérdidas. El bolsillo magro, las sábanas desoladas, la ausencia de los saludos afectuosos. Sin amor y sin amigos se refugió en alcoholes regañones y ropas remendadas. Sus colaboraciones para páginas oficiales no tenían la rentabilidad de sus antiguos textos como periodista independiente. Sus viejos colegas lo vieron como un traidor y sus nuevos compañeros se cuidaban de confesiones delante de él. Había llegado la soledad y el olvido.

Ya lo sabía. David era de la Seguridad del Estado. Estaba hundida en la confusión. Sentía rabia y pena. Me creí utilizada. Le reproché no habérmelo dicho.”

Fui a donde mi madre y le conté. Le pedí consejos. No me quedaban alternativas. Quería abandonarlo. No quería complicaciones en mi vida. Mi madre no opinó. No dijo sí ni no. Me sugirió que le diera tiempo”.

Después de los juicios de abril de 2003 al Grupo de los 75, en los que las condenas oscilaron entre 6 y 28 años de cárcel, ya las Damas de Blanco eran una realidad en las calles habaneras, decenas de intelectuales de todo el mundo alzaban su voz contra los atropellos del gobierno, la Unión Europea se preparaba para aprobar un paquete de sanciones  contra el gobierno de la Habana y la opinión pública interna se cuestionaba la validez de tal oleada represiva.

Fue entonces que el Ministerio del Interior preparó una gira por todo el país con los delatores de la Primavera Negra para tratar de contrarrestar la solidaridad que el pueblo, en mayor o menor medida, profesaba por el Grupo de los 75. Regla Suárez acompañó en el viaje a Manuel David Orrio.

Un día, creo que en Sancti Spíritus, se promovió una conversación sobre la amistad. Alguien había preguntado si un “agente de la seguridad” podía llegar a ser amigo de un disidente y David dijo que sí. Otros, los recalcitrantes, se opusieron y recalcaron –como para que los superiores tomaran nota- que “un revolucionario” no podía ser amigo de “un gusano”.

Yo creo que David, en el fondo, se sentía mal con haberlos traicionado –al extremo de que él no estaba de acuerdo con que revelaran su verdadera identidad- y que llegó a sentir afecto por ustedes”.

En medio de la discusión, Aleida (Godines) expresó que era imposible la amistad entre un disidente y un agente de la seguridad, y David expuso que el factor humano se imponía y habló específicamente de Lucas (Garve) y dijo que había sido su amigo, y sé que era verdad porque yo creía en esa amistad, y a David –estoy segura- le dolió mucho perder esa amistad”.

Yo sé que para él fue difícil. Le decía: es que ahora no vamos a ver más a Lucas, ni al Guajiro de Herraduras (Lázaro Raúl González) y él encogía los hombros y no respondía. Yo sé que fue difícil para él”.

Y es que ustedes eran nuestros amigos. Yo misma dejé mis amistades, y ustedes empezaron a ser mis amigos, y me sentía identificada con ustedes, con lo que hacían ustedes”.

Continuará…

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