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martes, 12 de abril de 2011

Achacan a Cuba hundimiento de nave que transportaba ayuda a Haití

Juan O. Tamayo. EL NUEVO HERALD.


Las autoridades cubanas son responsables del “sospechoso” hundimiento de una barcaza que transportaba ayuda por un valor de $2 millones para las víctimas del terremoto en Haití, según la compañía estadounidense propietaria de los suministros.

“La pérdida de esta barcaza fue el resultado directo de las decisiones del gobierno cubano”, dijo el lunes Matt Williams, portavoz de Harbor Homes LLC, una firma fabricante de viviendas de emergencia en Thomasville, Georgia.

Williams dijo que la barcaza y el remolcador Muheet estaban en camino desde Jacksonville, Florida, hacia Haití a finales de noviembre, cuando el motor del remolcador se detuvo aparentemente a causa de un combustible contaminado, y ambas embarcaciones derivaron hacia las aguas territoriales cubanas.

Tras ser notificado, el Servicio Guardacostas de Estados Unidos, pidió a las autoridades cubanas permiso para entrar brevemente en sus aguas territoriales para recoger las embarcaciones, pero les fue negado, añadió Williams.

Sin embargo, según el jefe Russell Tippets, portavoz de los Guardacostas, indicó que naves y helicópteros de ese cuerpo localizaron las embarcaciones pero no pidieron entrar en las aguas cubanas debido a que las tripulaciones no estaban en peligro y el caso “no llenaba los criterios para una entrada de asistencia”.

Williams dijo que las autoridades cubanas enviaron una nave alrededor del 30 de noviembre desde el puerto de Moa, en el nordeste de Cuba, para remolcar la barcaza y el remolcador. Pero la embarcación cubana arrancó demasiado rápido, lo cual causó que el cable entre el Muheet y la barcaza se rompiera.

La nave cubana emprendió el regreso a puerto remolcando al Muheet , y le dijeron a la tripulación que un barco militar cubano vendría más tarde para remolcar la barcaza a lugar seguro.

No está claro lo que sucedió después.

Williams dijo que una versión era que ningún barco cubano acudió, la barcaza siguió a la deriva, encalló y se hundió. Otra es que un dispositivo GPS a bordo de la barcaza mostró que a las 2 a.m. del 1ro. de diciembre, esta giró abruptamente hacia Moa, dando a entender que podría haber sido remolcada.

“No puedo dejar de pensar que esto es sospechoso”, comentó.

Williams envió a El Nuevo Herald una copia de un correo electrónico del 1ro. de diciembre del funcionario de Harbor Homes Lucas Stewart al presidente de la compañía, Matthew Batson, señalando que si la barcaza había permanecido a la deriva a más de tres millas de la costa de Cuba, técnicamente no habría tenido necesidad de “salvamento”. Pero una vez que la barcaza viró hacia Moa y se trasladó a menos de las tres millas, los rescatistas cubanos “podían ponerle precio” a la devolución del cargamento.

“Estoy enviando esta actualización porque ahora temo que malas intenciones han puesto nuestro cargamento en grave peligro”, escribió Stewart.

Funcionarios del gobierno cubano no pudieron ser localizados inmediatamente para que comentaran sobre este artículo.

El portavoz de Harbor Homes dijo que la barcaza transportaba equipos para construir alrededor de 1,000 viviendas de emergencia en Haití. El cargamento incluía una excavadora de gran tamaño, seis tractores nuevos, generadores de electricidad y equipos de construcción.

También trasportaba 15,000 planchas de madera prensada, una instalación para fabricar los albergues, y una cocina comercial provista de contenedores que habría alimentado a la cuadrilla de construcción, añadió Williams.

Williams señaló que la compañía sigue adelante con su proyecto para Haití con sus propios fondos, porque la compañía que aseguró la barcaza, Lloyd’s of London, argumenta que la nave era demasiado vieja para cumplir con los requisitos del seguro.

Williams aseguró que la barcaza recibió la aprobación de los Guardacostas después de que fuera reparada en Jacksonville.

Batson y Félix Vargas, un funcionario retirado del Servicio Exterior de Estados Unidos que trabaja como consultor de la compañía, viajaron a la ciudad oriental de Santiago de Cuba en diciembre para reclamar la barcaza y el cargamento, según correos electrónicos proporcionados por Williams.

Batson escribió que las autoridades cubanas le mostraron un video de ocho minutos del sitio del naufragio, en que se aprecia “que la mayor parte del cargamento había caído al océano”.

Pero no se les permitió visitar el sitio personalmente, y “se les negó toda información después del primer día, porque llegaron con visas de turistas”, añadió Williams. Ambos tenían licencias de Estados Unidos para viajar a Cuba.

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