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miércoles, 26 de enero de 2011

El periodismo oficialista de Cuba y la supuesta politización de la Corte Suprema de Estados Unidos.

Mario J. Viera  





El periodismo oficialista de Cuba ha hecho de la deformación periodística un arte. Los cánones de este arte, u oficio, son muy sencillos: presentación de medias verdades, citas fuera de contexto, ocultación de matices y enfoque ideológico del suceso.

Un ejemplo de esto es el artículo aparecido en Juventud Rebelde el pasado 24 de enero, bajo el titular:  Critican politización de Corte Suprema de Estados Unidos”. Título muy sugerente y hábilmente elaborado  para a primera vista crear la impresión de que la Corte Suprema de los Estados Unidos está dominada por intereses políticos exógenos.

Tomando como base un artículo de U.S.A Today titulado “Aumentan las tensiones entre Corte Suprema, y los políticos”, el diario Juventud Rebelde se enfrasca en la presentación del tema de un modo carente de la objetividad que se supone en la elaboración de una noticia.

Presentando como afirmación del diario norteamericano la cita de una opinión que recoge, Juventud Rebelde señala que la Corte Suprema “vive hoy momentos de politización sin precedente en los últimos 20 años, síntomas de los vientos que soplan en Washington”, y agrega:

“Una serie de hechos, el más reciente la decisión del magistrado Antonin Scalia de participar en una actividad del movimiento ultraconservador Tea Party, es una muestra que la interacción de la justicia con las otras dos ramas del poder en el país está politizado, subraya el periódico”.

Matizando lo que fue dicho en el matutino de Estados Unidos:

Una serie de eventos, y más recientemente la decisión del magistrado  Antonin Scalia de aceptar una invitación para hablar a los miembros del Tea Party, ha dejado en claro que, desde la perspectiva de un cada vez más polarizado Washington y las 24 horas de frenesí de los medios, las interacciones entre magistrados y los dos poderes electos han llegado a ser más politizados.

Una ligera variación pero enfocada de manera concluyente.

Por otra parte la cita del U.S.A Today que el periódico gubernamental cubano presenta como una afirmación tajante del periódico de Estados Unidos es la siguiente:

“Es un fenómeno significativo”, dice el profesor de Derecho de la Universidad de Pittsburgh Arthur Hellman. No ha pasado desde hace 20 años”.

A continuación el diario Juventud Rebelde señala:El matutino destaca que esa tendencia podría generar dudas en la población sobre la capacidad de imparcialidad de los jueces de la Corte Suprema”. Muy distante de lo que publicara el USA Today:

Los analistas de la Corte dicen que la tendencia podría conducir al público a dudar sobre la capacidad de los jueces a ser imparciales y colocados por encima de la política, especialmente cuando se mueven muy fuertes disputas sobre la atención de salud, los derechos de los homosexuales y la inmigración en el poder judicial.

Luego muy festinadamente agrega el redactor de la noticia: “USA Today comenta que por primera vez en la historia moderna de la Unión, el máximo órgano de justicia está dividido desde el punto de vista político y no sólo ideológico”.

Pero lo que al respecto apareció en USA Today fue lo siguiente:

Un factor que podría exacerbar esa opinión: La Corte Suprema, por primera vez en la historia moderna, está dividida 5-4 en las líneas  políticas ─ no sólo ideológicas —. Los cinco conservadores fueron designados por presidentes republicanos, los cuatro liberales por presidentes demócratas.

Otro dato que regala Juventud Rebelde: “El rotativo considera que la acumulación de fallos partidistas podría comenzar a cambiar la imagen de los norteamericanos sobre el poder judicial”.

Lo que dijo USA Today:

Friedman dice que la reciente serie de enfrentamientos judiciales- políticos podría tener "un efecto acumulativo" pero que probablemente se hará evidente sólo después de un gran fallo, como podría ocurrir en un alto tribunal el control de la constitucionalidad de la ley del cuidado de la salud del 2009 impulsada por Obama.

“La mayor parte de lo que al público le preocupa son los resultados", dice Friedman. "Puedes tener todo este frenesí partidista, pero si la corte no está haciendo nada dramático sobre la ley, eso no va a importar”.

Muy diferente ¿Verdad?

Juventud Rebelde trata de presentar una tendencia actual presente en la Corte Suprema como si se tratara de un hecho característico de la justicia de los Estados Unidos. Así destaca la disposición del magistrado Antonin Scalia a hablar ante el caucus del Tea Party  para apoyar su subjetiva manera de enfocar un hecho noticioso.

Por supuesto no cita textualmente lo que recogiera USA Today en su artículo. El rotativo indicó que en un editorial el New York Times se criticó la decisión del magistrado de hablar ante el caucus del Tea Party al que calificó como "el tipo de organización donde un magistrado no debe hablar." A lo que agrega: El Profesor Hellman no culpa a Scalia, un ex profesor de derecho y autor de un libro, por querer hablarle a cualquier audiencia congresional. Pero Hellman dice, "En la medida en que la gente está hablando sobre los jueces del modo que ellos hablan de los políticos, se nutre el nuevo clima”

La línea partidista puede funcionar entre los nueve miembros de la alta corte de Estados Unidos; pero esto se refleja en cuanto a las decisiones de tipo político, como puede ser el tema de la Ley de Cuidado de la Salud, los derechos de los homosexuales, la inmigración, temas que plantean fuertes disputas según la opinión de especialistas que es recogida por USA Today y que los magistrados enfocan según su propia interpretación de los postulados constitucionales.

La posible politización de la Corte Suprema de ningún modo afecta a sus fallos en cuanto se refiere a cuestiones penales o de derecho civil. El Poder Judicial de los Estados Unidos es un Poder y no un “sistema” judicial controlado por el gobierno como sí es el caso de los tribunales en Cuba.

Para poder ejercer como juez en cualquiera de las instancias de la judicatura cubana se requiere la afiliación al Partido Comunista. Los jueces en todos los niveles del aparato judicial cubano son designados por las diferentes instancias de la Asamblea Nacional y sometidos al control del Consejo de Estado. El Tribunal Supremo del Poder Popular ni siquiera posee la capacidad de decidir sobre la constitucionalidad de las leyes. Esa capacidad le corresponde a la Asamblea Nacional del Poder Popular una aberración jurídica que supone que el cuerpo que aprueba la Ley sea el mismo que determine si esa Ley que aprobara es o no inconstitucional.

Por supuesto, ningún periodista, en Cuba, puede plantear críticas al modo en que los tribunales realizan sus fallos ni cuestionar la profunda politización, amén de la corrupción que permea a todo el Sistema Judicial cubano.

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