PCC marcha viento en popa hacia el reciclaje

Lázaro González Valdés

Hace alrededor de cinco años, cuando se convocó a la unidad de las fuerzas anticomunistas cubanas y al análisis serio de los problemas que éstas afrontan para conseguir sus metas, la respuesta predominante fue ignorar este llamado. Luego vino la enfermedad de Fidel Castro, el traspaso de mando a su hermano, la permanencia del estado opresor no obstante las celebraciones populares en el exilio y ahora se confirma lo que antes se conjeturó por indicios: que el Partido Comunista de Cuba (PCC) se reciclará extrayendo algunas piedras nuevas de su cantera ideológica las cuales unirá a la edificación totalitaria con mortero de mínimas aperturas económicas cuyo exclusivo fin es la perpetuación indefinida del ordenamiento impuesto por el PCC.

 

El dictador suplente Raúl Castro confirmó lo antedicho en el anuncio del sexto congreso comunista al revelar que en esa asamblea se adoptarán “decisiones fundamentales para la actualización del modelo económico y social” del país, según publica El Nuevo Herald.

 

Entretanto el movimiento opositor interno sigue debilitándose porque sus principales activistas están presos, desterrados o reducidos a pequeños actos de protesta por la escisión y las tareas represivas de la contrainteligencia, mientras en el exilio impera la misma desunión a ultranza y los fondos estadounidenses para la democracia se invierten principalmente en gastos de oficinas y proyectos inútiles para liberar al pueblo oprimido de Cuba.  Por otra parte la disidencia no ha conseguido penetrar el escenario político por ninguno de los resquicios legales que ella vislumbra en sus hipótesis. Este fracaso queda demostrado con el hecho irrefutable de que el PCC desechó la opción disidente y seleccionó a la jerarquía de la Iglesia Católica como mediadora en la liberación con destierro de reos políticos a España.

 

En medio de este contexto, los presuntos expertos en asuntos cubanos siguen disparando para El Morro e impactando a La Cabaña. Por ejemplo en el programa matutino Ahora con Oscar Haza, transmitido por la emisora de radio 1140 AM este 9 de noviembre, el director del Instituto de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos Jaime Suchlicki predijo que en el sexto congreso del PCC Fidel Castro renunciaría al cargo de primer secretario del partido y en su lugar nombrarían a uno de los hijos del funcionario. La predicción de Suchlicki carece de fundamento pues él no presenta fuentes confiables ni evidencias oficiosas. Subestimar las capacidades de maniobra del PCC ha sido y es uno de los errores frecuentes en el análisis de la problemática cubana. Además ni siquiera cuando Fidel Castro estuvo casi muerto pasando un calvario renunció como primer secretario del partido porque ese organismo es la esencia misma de la opresión legalizada de por vida por precepto constitucional, por lo tanto si en algún momento Fidel Castro estuviera inhabilitado para el puesto este sería ocupado por el segundo secretario o por alguien con suficiente experiencia como para dejar en claro que el gobierno comunista no es cosa de sucesiones familiares, aunque por detrás del telón la puesta en escena se controle por la dinastía castrista y sus más confiables dirigentes políticos. Cuba no es Corea.

 

Por su parte el obispo auxiliar de la arquidiócesis de Miami, Felipe Estévez, sentenció que “es inevitable el trato con el régimen totalitario”, como se confirma en el sitio http://eichikawa.com/2010/11/mons-estevez-es-inevitable-dialogar-con-el-regimen totalitario.html, afirmación demostrativa de la tendencia contemporizadora de la jerarquía católica (dentro y fuera de Cuba) con el opresor PCC. De igual forma grupos disidentes proponen ahora “retomar la participación ciudadana en el espacio político oficial”, controlado absolutamente por el PCC, procedimiento que según esas organizaciones constituye “un paso de acercamiento a las autoridades” como se puede leer en el siguiente reporte http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=30327 .

 

Todo indica que en breve el PCC recogerá los frutos sembrados por su contrainteligencia con la operación a cargo de crear un escenario favorable para el reciclaje de los causantes del conflicto porque sin unidad de las fuerzas anticomunistas, sin planes efectivos, sin métodos de lucha apropiados y viables no se conseguirá detener la marcha de la opresión totalitaria en Cuba. ¡El PCC marcha viento en popa hacia el reciclaje! ¡Únicamente el pragmatismo nos salvará de otro ciclo de horror!