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viernes, 10 de septiembre de 2010

¡Ay, Fidelito, Fidelito, ya estás chocheando!

¿Qué le está pasando al usurpador mayor? Primero afirma algo contundente y luego lo desvirtúa con una descabellada rectificación.


Hace tan solo unos muy pocos días declaró: “El modelo cubano ya no funciona ni para nosotros” y ahora dice que lo mal interpretaron. ¿De que manera fue mal interpretado?

Una persona bien puesta en sus cinco sentidos hubiera aclarado el sentido literal de sus palabras. El hubiera podido decir que no se refería al sistema económico que la revolución de él, solo de él, había impuesto de porque sí, al país. Tal vez podría haber alegado que no se estaba refiriendo al sistema político que impulsó desde 1959. Eso cualquiera lo entendería. Pudo decir cualquier cosa lógica, pero no el cantinfleo que ahora hace uso para rectificar lo que dijo; porque lo dijo: “El modelo cubano ya no funciona ni para nosotros”.

Durante la presentación de su libro “La contraofensiva estratégica” en los predios universitarios salió con la pretensión de haber sido mal interpretado: “Lo real ─ dijo ─ es que mi respuesta significaba lo contrario de lo que ambos periodistas norteamericanos interpretaron sobre el modelo cubano”. No lo que interpretaron los periodistas; lo que interpretó todo el mundo: “El modelo cubano ya no funciona ni para nosotros” ¡Compadre, reconoce que pifiaste, que te traicionó tu pensamiento; que realmente te has dado cuenta que la basura de modelo que tu le impusiste a los cubanos es una verdadera, cruel, miserable basura; un aborto de la razón!

“Mi idea, como todo el mundo conoce ─ empieza su cantinfleo ─, es que el sistema capitalista ya no sirve ni para Estados Unidos ni para el mundo…” ¿Qué rayos tiene que ver la declaración sobre el “modelo cubano” con el sistema capitalista? Luego agrega: “¿Cómo podría servir semejante sistema (capitalista) para un país como Cuba?” El problema es que no dijiste, Fidelito: “El modelo capitalista ya no funciona ni para nosotros”. Dijiste muy claro, “el modelo cubano” respondiendo a la pregunta que te hicieron de si valía la pena exportar el modelo cubano.

En cuanto a la utilidad del capitalismo para un país como Cuba, mejor debieras recordar la pujanza económica que disfrutaba Cuba cuando el hado fatal te colocó al frente de su gobierno. Deberías recapitular todas las barbaridades que hiciste para destruir la economía, cómo arruinaste nuestra industria azucarera, como condujiste a nuestro país hasta colocarlo en un nivel de Tercer Mundo. Es cierto, había injusticias; pero ¿acaso no se hizo la revolución para liquidar las injusticias? Piensa, si todavía tienes capacidad para ello, cuantas injusticias ha generado tu “modelo cubano”; cuantas cárceles has levantado en el país, cuan altura han alcanzado los niveles delictivos que afectan a todo la nación. Cuan decrépita ha devenido tu revolución, comandada por líderes seniles incapaces de generar ideas nuevas.

Definitivamente, Fidelito, pobre anciano achacoso, sombra triste de lo que un día fuiste, lo mejor que podrías hacer es retirarte a un apacible rincón, vestir una pijama y ver juguetear a tu alrededor a tus nietos, quizá tal vez dedicarte a escribir tus Irreflexiones y no tratar de moverte como un espectro alrededor de la cosa pública; desaparece, ¡por Dios!

¡Ay, Fidelito, Fidelito, ya estás chocheando!

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